Esta acción debiera ser un incentivo permanente de todas las fábricas en nuestro país debido que al comercializar productos a 1.000 pesos no solo se combate al mercado informal o ambulante que no da garantías de procedencia ni salubridad de lo que vende, sino que permite a las familias con menos recursos acceder a productos de primera necesidad a precios accesibles y debidamente testeados.
País Seguro
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